En nuestro viaje de vida, hasta los 30 años, la regeneración de la piel y su destrucción van de la mano.

Sin embargo, a partir de esta edad, la destrucción puede superar a la regeneración, y es cuando se hace visible el envejecimiento cutáneo. La piel pierde firmeza porque produce menos elastina y colágeno, las fibras esenciales para la flexibilidad y fortaleza cutánea, respectivamente. La genética puede influir en este proceso, pero factores ambientales como la exposición al sol, el tabaco, la polución y la alimentación también juegan un papel crucial.

Es en este contexto que la Medicina Estética Corporal se convierte en una aliada invaluable para prevenir y tratar el descolgamiento de la piel. Nuestros tratamientos están diseñados para detener la desestructuración del colágeno, estimular la producción de nuevas fibras elásticas y ralentizar el envejecimiento cutáneo. Nos centramos en los fibroblastos, células responsables de la producción de elastina y colágeno, para revitalizar la matriz de apoyo dérmica.

En nuestra búsqueda de una piel firme, además de nuestros avanzados tratamientos estéticos, es crucial cuidar nuestra alimentación. Incorporar alimentos ricos en colágeno, como el caldo de huesos de pescado, y aquellos con antioxidantes, como frutas, verduras y té, es esencial. La genisteína en la leche de soja y queso, la lisina en patatas y algas, y el licopeno en tomates y uvas también fortalecen la producción y protección del colágeno. Descubre cómo estas recomendaciones pueden integrarse fácilmente en tu dieta diaria, ayudándote a mantener una piel radiante y firme.