´´Ha pasado el verano y no he parado de comer y beber durante un mes seguido. Otra vez empiezo la cuesta de septiembre con el propósito de adelgazar y ponerme en forma… todos los años me pasa lo mismo, después de las vacaciones me siento mal y recuerdo la época en la que estaba más delgada. Estoy cansada de que me vuelva a apretar la ropa, vestirme con camisetas anchas y ropa que me disimule la tripa, y cansarme al subir las escaleras. 

Por otro lado, me da pereza pasar hambre, ponerme a comer ensaladas que al final parecen un plato combinado y tristes pechugas de pollo según pasan las semanas. Me gustaría adelgazar sin pasar hambre, pero no creo que eso se pueda hacer. He preguntado a mis amigos que se cuidan, pero no me convence lo que me cuentan, me hablan de ayuno, que en mi cabeza suena a pasar hambre y dietas raras de comer semillas con suplementos de herbolario que no me llegan a dar confianza. También está la opción de mirar por internet a ver qué tipo de dieta me viene mejor, pero las últimas veces que lo he hecho, no me ha servido de nada, esos consejos generales de Instagram no tienen sentido para mí. 

Creo que la clave está en saber comer, pero eso en mi cabeza significa comer verdura, pan integral, fruta y pollo. Además, no sé en qué cantidades ni cuándo tomarlo. ¿Me podré tomar una cerveza de vez en cuando? ¿o es mejor un vino? ¿helado? ¿patatas fritas? Siendo realistas, de vez en cuando voy a salir a cenar y a tomar algo, y me gustaría saber qué me puedo pedir sin sentirme ridícul@. Bueno, lo que puedo hacer es salir a correr al día siguiente… ¡vaya lío!´´